Los “Diablos Rojos” de Panamá son una parte icónica e inolvidable de la historia del transporte público en la Ciudad de Panamá. Estos coloridos autobuses, que alguna vez recorrieron las calles de la capital panameña, dejaron una huella indeleble en la memoria de los panameños y en la identidad cultural del país.
Los Diablos Rojos eran mucho más que simples vehículos de transporte; eran auténticas obras de arte rodantes. Decorados con una explosión de colores, graffiti elaborado, imágenes de ídolos de la música y la cultura pop, así como luces parpadeantes y adornos extravagantes, estos autobuses eran una expresión única de la creatividad y el espíritu de la juventud panameña. Cada uno era único en su diseño, y competían entre sí para atraer la atención de los pasajeros y transeúntes por igual.
A pesar de su belleza visual, los Diablos Rojos también eran notorios por su mal estado en términos de mantenimiento y seguridad. La mayoría de ellos eran vehículos viejos y desgastados que habían sido adaptados y personalizados por sus propietarios y conductores. A menudo, la música a todo volumen y la sensación de aventura en estos buses iban acompañadas de un cierto grado de riesgo.
El gobierno panameño tomó medidas para retirar gradualmente a los Diablos Rojos de las calles debido a preocupaciones de seguridad y la falta de regulación adecuada. Este proceso de desaparición de los Diablos Rojos dejó un vacío en la cultura del transporte público en Panamá, pero también marcó el fin de una era.
A pesar de su desaparición, los Diablos Rojos continúan vivos en la memoria de los panameños y son un tema recurrente en la cultura popular y el arte del país. Representan un capítulo fascinante en la historia del transporte público y la expresión creativa en Panamá, y su legado perdura como un recordatorio de una época en la que el caos y la creatividad se entrelazaban en las calles de la Ciudad de Panamá.