El camino de la Muerte en Bolivia con sus tres metros de anchura es la más peligrosa del mundo
Situada en plena montaña, cuenta con 80 kilómetros y une las ciudades de La Paz con Los Yungas, zona montañosa situada al noroeste de la capital boliviana. Este trazado tiene el “honor” de estar considerada como la más peligrosa del mundo y, por esta razón, una de las más turísticas del planeta.
En sus puntos más anchos, la zona asfaltada alcanza los tres metros de ancho, un espacio realmente pequeño para una vía de doble sentido. Pero, para rizar el rizo de peligrosidad, ésta aumenta al tratarse de una carretera utilizada especialmente por camiones que transportan los productos agrícolas o cítricos autóctonos de esta zona montañosa.
El temor a rodar por esta vía alcanza su punto álgido en algunos puntos en el cual el desnivel alcanza los 3.600 metros y, para el más difícil todavía sin protección de guardarraíles. Cuando fue construída en los años treinta del pasado siglo, no se tuvo en cuenta la seguridad, y cuando se pensó en instalarlos era imposible ya que no habría espacio para la circulación en ambos sentidos.
Su peligrosidad ha dado lugar a un cambio de legislación histórico. Solo existen tres lugares de la tierra en los que está permitido circular por la izquierda Reino Unido, Australia….y 64 kilómetros de esta carretera. Bolivia permite que para alejarse del peligro en algunas zonas en las que el precipicio queda al lado derecho de los vehículos y, para rematar es un trazado plagado de curvas.
También tiene otro sobrenombre “La venganza de los prisioneros paraguayos”, y es que fue construida por los combatientes que Bolivia apresó durante la Guerra del Chaco. Estos soldados fueron esclavizados para trabajar en una zona donde la niebla, la lluvia y los desprendimientos son habituales.
Su peligrosidad hace que haya más de 100 fallecidos anuales por accidente, este motivo morboso es lo que atrae muchos turistas que hacen el recorrido en autobús o en su vehículo. El Camino de la Muerte, en Bolivia pone los pelos de punta solo con ver su sinuoso trazado.