La selección de Brasil, tras tantos años de espera, de frustraciones olímpicas, encontró la gloria en el Maracaná de Río de Janeiro en 2016 de la mano de Neymar ante Alemania y la confirmó hoy, en el Internacional de Yokohama frente a España, derrotándole 2-1 y conquistando su segunda presea dorada de la historia y de manera consecutiva.
En 2016, un siglo de desilusiones acabaron en el abarrotado coliseo carioca, donde el equipo de Rogerio Micale, liderado por Neymar Jr, se alzó con el oro olímpico tras la tanda de penaltis (5-4) después de terminar el partido y la prórroga con empate a uno.
El actual jugador del París Saint Germain fue el héroe de aquel torneo y de aquella noche junto al meta Weverson, que detuvo un lanzamiento a Nils Petersen. Brasil, la selección más laureada de los mundiales absolutos y dominadora también de categorías inferiores, se alzaba por fin al olimpo tras perder las finales de Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Londres 2012.
En Tokio 2020, el equipo dirigido por Andre Jardine y capitaneado por el eterno Dani Alves, con Diego Carlos, Douglas Luiz, Bruno Guimaraes, Matheus Cunha, Antony, Richarlison, Malcom, y otros, repitió el triunfo, esta vez en la prórroga.
Un gol de Malcolm, el jugador del Zenit, ex del Barcelona, que un día más había comenzado en el banquillo, selló el 2-1 definitivo con el que la escuadra brasileña revalidó su corona, el primer equipo que lo consigue desde que Argentina enlazó sus dos oros en Atenas 2004 y Pekín 2008. España, que perseguía el segundo oro de su historia, tendrá que seguir esperando.
Los Juegos han dejado de ser esquivos para el conjunto sudamericano y para convertirse en su nuevo “jardín” y en cierta forma aliviar al balompié del país después de la dolorosa derrota ante Argentina en la final de la Copa América.