Dos trabajadores muertos en 48 horas, quejas de empleados y preguntas de políticos tensan la situación dentro de la compañía
La sonada dimisión de su vicepresidente por la forma en la que la compañía trata a los asalariados, pintadas frente a la casa de Jeff Bezos, una comparecencia pendiente para testificar ante el Comité Judicial del Congreso de EEUU y protestas masivas a través de Internet son algunos de los elementos que han convertido al gigante de la distribución en un polvorín en su propio país.
El inicio de esta situación puede deberse a la decisión de rescindir su política de ausencia sin sueldo. Es una medida que el gigante de e-commerce anunció como respuesta ante la crisis del Covid-19 que permitía a los trabajadores ausentarse de su puesto de trabajo (comunicándolo previamente), si se encontraran enfermos. Esta medida anunció que rescindiría el 1 de mayo.
La medida provocó que los trabajadores que se encontraban en un delicado estado de salud o con personas dependientes a su cargo, tuvieron que elegir entre ir acudir al trabajo o cuidar a su familia. Más de 5.300 empleados han enviado escritos a Bezzos con la esperanza de que la empresa de marcha atrás.
En 48 horas dos trabajadores han fallecido por coronavirus, el primero en un almacén de Staten Island (Nueva York), donde han enfermado 29 trabajadores y el segundo en Ilinois. En total, 270 empleados han sido diagnosticados con Covid-19.
El estallido de la pandemia llegó en un momento de tensión laboral en el seno de Amazon. En principio los sindicatos consiguieron notables mejoras, como la subida de dos dólares la hora, cinco minutos de descanso por hora y los días de ausencia no remunerada en el marco de la crisis. Sin embargo la vuelta atrás de su política y el despido de algunos trabajadores que manifestaron públicamente sus reivindicaciones ha contribuído a aportar tensión a la situación.