Live Nation dueño del portal Ticketmaster, confirma que ayudó a “decenas de artistas” a vender sus entradas a un precio superior al habitual.
En el sector era un secreto a voces, una práctica dudosa de la que no se hablaba de forma abierta, pero que ha saltado a los medios. Live Nation, la compañía de entretenimiento más grande del mundo y a su vez propietaria de Ticketmaster, ha confirmado que remitió miles de entradas de conciertos directamente a portales de reventa a petición de los artistas, con implicados entre ellos nada menos que Metállica.
Live Nation, se ha visto obligado a dar explicaciones y admitir el hecho tras la obtención de la revista Billboard, de una grabación del presidente de la empresa para conciertos en Estados Unidos, Bob Roux, en la que habla con un promotor de Metallica, que le solicita el envío de 88.000 entradas a portales de reventa sin pasar por la taquilla regular.
“Tickemaster no lo va hacer”, dice Roux en la conversación, que en su lugar le ofreció la posibilidad de camuflar las entradas bajo un paquete como los que reciben patrocinadores o club de fans. “Básicamente agarra estos y los colocas en una misma cuenta”, explica el ejecutivo.
Vaughn Millette, entonces socio de Live Nation y ahora Ceo de su propia promotora de conciertos, Outback Presents, fue parte de la conversación entre Nueva York y Houston que grabó sin el conocimiento de Roux. Millette envió la grabación a una junta de Live Nation en un correo alertando de las prácticas de la empresa. Live Nation reconoció, que entre 2016 y 2017 “sobre una docena de artistas dentro de los miles que trabajamos, nos pidieron que hiciéramos eso”.
Sin embargo, explicaron que es una práctica que ha perdido vigencia con el auge de paquetes VIP y asientos preferenciales que son más efectivos recuperando valor, que antes se perdía en el mercado secundario o de reventa.
Los dueños de Ticketmaster han declarado que nunca han distribuido entradas en otros portales sin el consentimiento de los artistas. Michael Rapino, CEO de Live Nation, se hizo con los derechos de promoción del tour en Norteamérica de la banda de heavy metal a cambio del 95% de los ingresos por entradas. Después Roux comenzó a negociar con el promotor de Metállica Tony DiCioccio el envío de 88.000 entradas a la reventa para conseguir una tajada mayor.
El modus operandi no es nuevo, pero sí la confirmación de primera mano de un abuso al consumidor que cuesta creer que no haya generado antes una lluvia de denuncias. Es un desvío intencionado de miles de entradas de primera mano a aficionados y seguidores que pagan el doble o el triple por conciertos.
De DiCioccio se sabe que es considerado como uno más de la banda de Los Angeles, por lo que se hace difícil creer que el resto de los integrantes de Metallica no estuvieran al tanto de sus chanchullos para obtener más beneficios. Parece ser que el promotor se dio cuenta del beneficio extra tras un concierto en Minneápolis en 2016, en ese concierto se despacharon 10.000 entradas en el mercado secundario, sin participación de la banda.
El representante acordó quedarse con el 12% del pastel y Millette con el 8%, a pesar de que fue él quién filtró la grabación. Entre ambos acordaron un plan para colocar 4.400 entradas fuera del circuito oficial en los 20 conciertos de la gira, un plan que por suerte para los seguidores ha quedado al descubierto.