Álex Pina, ya avisó del “salvaje shock” que provocará en el espectador la segunda mitad de la temporada.
La serie que ha marcado un antes y un después en la ficción española, se ha convertido en un elixir de vida para muchos que, sin duda, desearían que fuera eterno, sin embargo, el peligro de estirar una trama sobre un atraco más de lo debido puede convertir este elixir en un veneno, producto del desgaste.
Extender una trama que estaba bastante bien concluida en el final de la segunda temporada fue algo arriesgado, pero acertado durante una temporada más. Esta nueva tirada tiene un planteamiento o trama similar a la tercera parte, el atraco al Banco de España, lo cual genera una sensación de repetición o de estirar el chicle más de lo debido.
El punto a favor de la serie llega al poder comprobar cómo el desgaste hace mella en los personajes principales, Profesor incluido, y esto los lleva a actuar de maneras en las que nunca antes lo habíamos visto, un motivo que provoca más caos y disensiones en la banda y, al mismo tiempo, resulta más atractiva al espectador.
Otro de los puntos álgidos de la trama que mantiene al espectador con sus ojos y sentidos pegados a la pantalla es conocer si el personaje más querido por el público Nairobi, continua viva, que lo representa magistralmente Alba Flores (nieta de Lola Flores e hija del malogrado Antonio Flores), perteneciente a una saga de grandes artistas en distintos ámbitos del mundo artístico de habla hispana.
La estrategia seguida por los creadores de la serie al finalizar la tercera temporada con Nairobi debatiéndose entre la vida y la muerte es la mejor baza para mantener al público enganchado a esta cuarta parte y supone uno de los alicientes que demuestran que ninguno de ellos está a salvo de este atraco.