El Paris Saint-Germain rompió el maleficio europeo y lo hizo a lo grande. En una final para la historia, el club francés goleó 5-0 al Inter de Milán en el Allianz Arena de Múnich y levantó su primera UEFA Champions League. El joven Desiré Doué fue la gran figura del encuentro, con dos goles, una asistencia y una actuación digna de leyenda.
Desde el primer minuto, el PSG mostró hambre, presión alta y un fútbol agresivo que desbordó por completo al equipo italiano. Achraf Hakimi abrió el marcador tras una jugada colectiva que dejó en ridículo a la defensa nerazzurra. Luego llegó el show de Doué: primero con un golazo desde fuera del área, luego con una definición quirúrgica al segundo palo, y finalmente asistiendo a Khvicha Kvaratskhelia para el cuarto tanto.
El quinto y definitivo fue obra del canterano Senny Mayulu, que firmó la goleada y la fiesta parisina con un zurdazo imparable. El PSG, dirigido por Luis Enrique, no solo rompió con décadas de frustración en Europa, sino que lo hizo sin figuras mediáticas como Mbappé, Neymar o Messi, apostando por un proyecto joven, sólido y sin egos.
“El PSG de Al-Khelaïfi por fin es el PSG de Luis Enrique”, tituló la prensa francesa. Y no es para menos: el club completa así un triplete soñado tras ganar la Ligue 1 y la Copa de Francia.
Además, esta final confirmó una curiosa tendencia conocida como la “Ley de Múnich”: cada vez que la Champions se juega en esta ciudad, el campeón es un debutante. Así ocurrió con Chelsea en 2012, Marsella en 1993 y ahora con el PSG en 2025.
La tan anhelada “orejona” ya tiene dueño en París. Y no fue con chequera ni marketing, sino con fútbol real, juventud y coraje. El PSG ya no es promesa: hoy es historia pura del fútbol europeo.