El mundo del fútbol está nuevamente inmerso en una controversia con la reciente elección del Balón de Oro 2023. En esta ocasión, Lionel Messi, campeón del mundo con Argentina, ha sido galardonado con el prestigioso premio superando a Erling Haaland, quien no solo tuvo una temporada excepcional en clubes, sino que también se destacó como el máximo goleador en la UEFA Champions League y se llevó a casa la FA Cup y la Liga Inglesa, rompiendo incluso un récord de goles en esta última.
Las comparaciones entre Messi y Haaland son inevitables, y los debates sobre quién merecía realmente el Balón de Oro es una discusión en cualquier rincón del mundo donde haya fanáticos. Algunos justifican la elección de Messi argumentando que fue el ganador de la Copa del Mundo de 2022 en Qatar y el mejor jugador del torneo, que se celebra cada cuatro años. Sin embargo, Haaland fue nombrado el mejor jugador de la UEFA, compitiendo en el fútbol de clubes más competitivo del mundo, durante 52 semanas.
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La controversia en torno al Balón de Oro no es algo nuevo. En el pasado, se han producido situaciones similares, como cuando Xavi e Iniesta no ganaron el premio en 2010 a pesar de su destacada actuación en el Barcelona y en la selección española donde también se coronaron campeones del mundo, o cuando Antoine Griezmann fue pasado por alto en 2018, a pesar de liderar al Atlético de Madrid en la Europa League y su destacada actuación en la Copa del Mundo.
Esta controversia pone de manifiesto una cuestión importante: ¿es hora de repensar la metodología de selección del ganador del Balón de Oro?, porque más allá del ganador, que puede ser merecido para un jugador, lo cuestionable es el método.
Y es que dentro de los elegidos para seleccionar al ganador del premio hay periodistas votando por sentimiento y con un sesgo que opaca el premio, y un ejemplo claro es el caso de Enrique “Quique” Wolf, quien votó (en orden) por 1. Lionel Messi, 2. Julián Álvarez, 3. Kylian Mbappé, 4. Emiliano Martínez y 5. Lautaro Martínez, dejando a Erling Haaland totalmente fuera, ¿En qué cabeza sensata cabe eso?
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Si bien es cierto, ganar un mundial permitió que jugadores como Ronaldo Nazario (2002) y Fabio Cannavaro (2006) ganaran el Balón de Oro, cuando tienes un jugador que lo gana todo a nivel de clubes, gana la Bota de Oro y es elegido el mejor jugador del fútbol Europeo, esta métrica parece insuficiente, errática y poco objetiva.
MVP o el Mejor Jugador del Mundo
Una idea utópica pero si coherente “futbolísticamente hablando” sería la creación de un nuevo premio y tener dos premios distintos, algo como el MVP de Oro y el Balón de Oro. El primero se otorgaría al jugador que más contribuye a la obtención de títulos, aquel que lidera a su equipo hacia el éxito en la temporada. El segundo, podría recompensar al jugador con más talento individual, independientemente de los títulos y con una métrica más definida.
Esta idea podría resolver el dilema de si el hoy opaco Balón de Oro, que cada año parece cambiar de metodología, ya no se sabe si se basa en los logros colectivos o en el talento individual. En el mundo del fútbol, ambas facetas son fundamentales, pero a menudo, la elección del Balón de Oro se inclina dependiendo quién esté en podio y si tiene carisma o no.
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El fútbol es un deporte donde la belleza radica tanto en la destreza individual como en la capacidad de un equipo para alcanzar sus objetivos. Por lo tanto, separar estos dos aspectos en los premios puede ser una solución justa. La creación del MVP de Oro y el Balón de Oro permitiría reconocer y celebrar a jugadores excepcionales en ambas categorías, evitando así las controversias y debates interminables sobre quién realmente merece el galardón.
El Balón de Oro es sin duda el premio histórico, el más anhelado por un futbolista de élite pero la verdad sea dicha cada vez más opaco. La polémica en torno a la elección del ganador en 2023 es solo un ejemplo más de las dudas que rodean a este prestigioso galardón.