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jueves, marzo 28, 2024

Alerta en Arabia Saudita, el Covid-19 se ceba con la familia real

Más de 150 miembros de la Casa de Saud, están infectados, la mayor parte de ellos recién llegados de Europa

El príncipe Faisal bin Bandar bin Abdulaziz Al Saud, nieto del rey Salmán, se encuentra en la UCI. Su ingreso en la clínica de Riad donde atienden a la familia real Saudí, ha diseñado un plan de contingencia  en previsión de que la pandemia continúe su expansión. El príncipe Salman, desempeña el cargo de gobernador de Riad (puesto que ocupó durante 50 años el actual rey Salman), el septuagenario gobernador, que es sobrino del actual monarca y nieto del fundador del reino Saudí, se encuentra en el centro según fuentes del The New York Times.

“La orden recibida es la de estar listos para atender en todo el país a los VIPs. No sabemos cuantos casos recibiremos, pero la alerta es alta”, indicaba el mensaje enviado hace unos días desde la dirección del Hospital King Faisal a los principales doctores del centro.

La vasta familia real de Arabia Saudita está compuesta por al menos 7.000 príncipes, de los que muchos de ellos viajan constantemente, por lo que pueden ser portadores del virus y llevarlo a su país. Los datos que estiman es la de tener en las próximas semanas hasta 200.000 enfermos de Covid-19, cifras que da a conocer el ministro de salud Tawfiq al-Rabiah.

La Meca y Medina, ciudades de peregrinaje para la comunidad musulmana, están en aislamiento por la cuarentena. El primer  registrado en el país es una persona que viajó a Irán. La propagación de la pandemia ha obligado a la corte a tomar medidas excepcionales.

El rey Salman con una salud cada vez más débil, se halla recluido en un complejo que ocupa una isla cercana a Yeda, al segunda ciudad del país situada a orillas del mar Rojo. Salman, que padece demencia, ha recibido la visita de especialistas chinos. A finales de marzo presidió una cumbre virtual de líderes del G20 para abordar la pandemia y la respuesta de las naciones más ricas del mundo.

Desde su despacho y delante de una pantalla gigante de ordenador, el anciano gobernante leyó con mucha dificultad el discurso inaugural de la reunión. Durante más de cinco minutos, el rey balbuceó la visión del reino ante la crisis global. Al tiempo de esta comparecencia aprobó partidas millonarias para combatir el virus, anunciando que correrán las arcas del estado con los gastos del tratamiento a cualquier extranjero que resulte contagiado independientemente de su estatus de residencia

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